La bofetada de sol

06.08.2015 21:43

Después de un fin de semana un tanto agrio por lo ocurrido el viernes (el malentendido con Gerard y tener que cancelar el viaje con Amelia), el lunes me decidí a hablar con Gerard y aunque al principio me costó encontrar un momento por la mañana (estuvimos limpiando el laboratorio y los viales usados), por la tarde nos reunimos con Albin también y fue entonces cuando le pedí disculpas por mi comportamiento y le dije que realmente no sabía cuándo necesitaba de mi ayuda y cuando no, y que como en realidad no tengo un proyecto propio no me compensa estar todo el día en la estación esperando a que él tenga algo para mí. Me dijo que no pasaba nada, que lo entendía y que lo intentaríamos arreglar. La verdad es que me quité bastante peso de encima. Por la tarde fui a ayudar a Joachim (de los Países Bajos) a muestrear en Stordalen, porque su asistente de campo estaba enferma (últimamente hay muchos que han caído malos por aquí, espero librarme…) y para mi sorpresa, tuve que conducir hasta allí y como segunda sorpresa, las muestras se cogían en un lago, por lo que necesitábamos un bote. Hacía bastante viento, yo estaba empapada y ambos teníamos ya frío y hambre, pero diré que fue una aventura soportar todo eso, intentar enfrentar el viento y mantener el bote en su sitio mientras él muestreaba, y luego conducir de vuelta a la estación con las botas empapadas y el estómago más que vacio. Estómago que luego llenamos con un buen chocolate caliente, que después de cosas así sabe a gloria, así que la verdad es que no me arrepentí de haberle ayudado.

El martes recibí una bofetada de sol a las 3 de la mañana que lejos de ponerme de mal humor me alegró enormemente, aunque sí que me costó volver a dormirme. No por ello estuve cansada durante ese día, todo lo contrario: fui con Reika a Nuolja, una montaña de 1169 m con una cascada en su cumbre, estuve ayudándola a muestrear y de paso eché bastantes fotos. En el camino no paré de charlar y yo misma notaba cómo el sol me estaba dando la energía que me quitó por la noche y cómo mi humor cambia completamente cuando tengo un día así después de semanas de lluvia y nubes. Por la tarde hice Skype con Thøger, que por fin vuelve de Groenlandia, y por la noche fui a relajarme la sauna con Jacob, Joachim y un sueco del que no me acuerdo del nombre. No podía perder la oportunidad de hacer unas cuantas fotos en Torneträsk ahora que estaba despejado y se podía ver la puesta de sol, así que bajé al lago y para mi sorpresa me encontré con la luna. Sí, la luna! Hacía meses que no veía la luna! Sé que es difícil de creer, pero incluso en las “noches” despejadas no se ve, porque hace sol, oigan. Hay demasiada luz para que aparezca y simplemente te olvidas de que la noche existe y con ella la luna y las estrellas. Pero ahí estaba, reluciente y menguante, y el sol al otro lado escondiéndose entre las montañas. Mira que estaba cansada por no haber dormido apenas, haber subido a la montaña y luego haber estado un par de horas hablando con Thøger, pero cuando vi eso no me lo pensé dos veces y por eso me uní a la sauna que estaban teniendo esos tres.

Como el martes Reika y yo no llegamos hasta la cima (no lo requería su experimento) el miércoles me decidí a subir de nuevo la montaña Nuolja (Albin fue a ayudar a Reika en mi lugar) y llegar hasta la cascada, cosa que me encantó: aunque la subida es un poco dura, hay unas vistas increíbles desde allí. Lo único malo son los mosquitos, que por estos lares son increíblemente abundantes y aunque me había llevado un libro y todo para echar el día allí, tuve que volverme casi justo después de llegar a la cima, porque era imposible quedarse. Una pena.

Después de llegar, puse una lavadora e hice un bizcocho buenísimo con plátano, manzana, zanahoria, avellanas, canela y vainilla. Recibí un mensaje de Gerard diciéndome de quedar para hablar sobre un posible proyecto individual para mí, a lo que acepté encantada. Le llevé un trozo de bizcocho y volví con un mini proyecto que ayudaría a complementar el suyo y darle una mayor resolución: yo me encargaría de hacer lo mismo que hacemos en los ríos grandes (medir CO2 y carbono inorgánico disuelto, DIC) pero en los ríos más pequeños con más turbulencia. Aunque aún creo que tenemos que organizarlo un poco mejor, el lunes me gustaría ir a Lapporten a bichear cuáles podrían ser mis ríos y empezar a medir algo y ver posibles patrones en las mediciones de CO2. La verdad es que me hace mucha ilusión poder tener tal responsabilidad, y creo que es una oportunidad perfecta para saber cómo llevar un proyecto adelante y tener más confianza cuando a la hora de la verdad tenga que hacer un proyecto de máster o doctorado.

Hoy jueves he vuelto a ir con Reika pero esta vez a Suorooaivi, otra montaña un poco más delante de Stordalen. Tampoco sabía que iba a tener que conducir esta vez, pero por lo visto los coches en Japón son completamente diferentes (volante en el lado derecho, limpiaparabrisas cambiado de sitio, se conduce por el lado contrario de las carreteras….) así que Reika no se atrevía y bueno, la verdad es que a mí me está empezando a gustar bastante. Tanto cuando fuimos a Nuolja como hoy, acabamos bastante más temprano de lo que ella esperaba (a las 12:30, cuando la hora prevista eran las 14:00) así que se la veía bastante satisfecha (no sé si recordáis su obsesión con la hora y la puntualidad del día que fuimos a Kärkevagge con las alemanas, cosas de japoneses supongo). Luego la he estado ayudando a homogeneizar las muestras (pasarlas por una especie de colador) y ya he vuelto por fin a casa.

Y hablando de Kärkevagge, mañana voy para allá con Max, Jacob, Stefan y no sé si alguno más, para hacer algo de escalada y pasar la noche en la cabaña que hay allí, al lado del lago (y con una sauna y todo); el mismo sitio al que fui con Reika, vaya, que estaba chulísimo. Pero a ver cómo vuelvo el sábado… ya os contaré. A disfrutar el mes y poco que me queda!

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